Los hechos se presentaron en la vereda Las Pilas, del corregimiento de Villa Colombia –sector afectado por la presencia de grupos armados que se disputan el control del narcotráfico–, al sur del municipio de Jamundí, e involucra a unidades adscritas al batallón de Infantería Pichincha del Ejército Nacional, indicó El País.
El joven que murió y otro que resultó herido de bala en uno de sus brazos serían miembros de la guardia indígena, y cuando se produjo la balacera estaban en una casa haciendo vigilancia, propia de su labor.
“Al parecer tropas del Ejército estaban haciendo exploración rutinaria en el área y unos jóvenes que estaban en una vivienda tenían unos radios de comunicación. Lo que señala la comunidad es que se abrió fuego, uno de ellos terminó muerto y otro está herido”, indicó Fabio Cardozo, secretario de Paz y Reconciliación del Valle del Cauca, citado por el medio regional.
La comunidad cree que se trata de un ‘falso positivo’ porque luego del tiroteo el cuerpo de la víctima fue movido desde la vivienda hasta una vía destapada de la zona rural de Jamundí. “Al parecer el cuerpo es movido del punto y la escena alterada”, informó Lina Tabares, defensora de derechos humanos, a Tu Barco.
Además, luego de arrastrar el cuerpo de la víctima, le habrían ubicado al lado un changón para simular que estaba armado, pues los lugareños aseguran que no pertenecía a ellos, y por eso decidieron “hacer un cordón humanitario y no permitir que nadie ingrese al sitio de los hechos, hasta que lo haga la Fiscalía”, manifestó Darwin Arroyo, uno de los vecinos del sector a Semana.
Sin embargo, agregó que se comunicaron con las autoridades “y dijeron que no iban por razones de seguridad”. Horas después de los hechos, el CTI de la Fiscalía no había hecho presencia en el lugar para hacer el levantamiento del cuerpo y tomar las pruebas necesarias para esclarecer la muerte del joven indígena.
Entre tanto, la revista aseguró que el Ejército presentó una fotografía tomada en la vivienda donde murió Guasaquillo en la que se ve un uniforme camuflado, un radioteléfono amarillo y un arma de fuego tipo changón como prueba de que la víctima pertenece a una organización criminal.
Entre tanto, Diego Alexis Vega, el indígena que sobrevivió al operativo del Ejército, afirmó que antes de los disparos “advirtieron a los uniformados que hacían parte de la guardia indígena que hace vigilancias nocturnas, pues en el último tiempo se han presentado constantes robos de ganado y atraco de buses en la zona”, apuntó El Espectador.
No obstante, desde las Fuerzas Militares le aseguraron a Semana que el operativo se presentará “como una operación contra miembros de un grupo armado ilegal residual” y que no se pronunciarán hasta que exista un boletín oficial de las acciones de los soldados de la Tercera Brigada.
Por su parte, Cardozo aseguró en RCN Radio que “la comunidad no está permitiendo la salida de los militares hasta que se aclaren los hechos para una desviación en lo que ocurrió”, pues al lugar llegaron helicópteros para retirar a los militares, mientras que Tabares añadió en la revista que los medios y las entidades “deben estar vigilantes ante este caso para evitar que se manipule la verdad”.
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