En el recorrido que hizo el equipo periodístico del noticiero, que estuvo acompañado por habitantes de la comunidad, se encontró con un cráter de unos 10 metros de profundidad y 12 de radio, producto de una de las bombas que lanzó el Ejército el pasado 29 de agosto, contra el abatido jefe disidente ‘Gildardo Cucho’, operativo en el que también fallecieron por lo menos 8 menores.
De acuerdo con uno de los residentes del sector, que vive a poco más de 800 metros del lugar donde sucedió el bombardeo, según el noticiero, los militares lanzaron dos bombas grandes, una explotó (la que habría dejado el enorme hueco), y otra que, dijo el residente, quedó “enterrada” y aún no ha detonado.
Asimismo, el informativo encontró el rastro de otras 8 bombas “más pequeñas”.
La dimensión del gigante hueco se puede entender porque esta operación, que fue denominada Atai, indicó Semana, fue de tipo beta. En operativos de ese tipo, explica la revista, que además necesitan la autorización del presidente para llevarse a cabo, se “descargan artefactos de 250 libras de alta precisión, con un radio de letalidad de entre 50 y 75 metros”.
Aún se desconocen cuántos explosivos fueron lanzados contra el campamento de ‘Gildardo Cucho’, indica ese último medio. Lo que sí está claro es que esos artefactos no solo destruyeron el refugio del jefe disidente, sino que también alcanzaron la vida de 8 menores.
La cifra puede aumentar, pues aún hay cuerpos sin reconocer, confirmó la Fiscalía, además que, según la comunidad, aseguró Noticias Uno, son entre 16 y 18 niños los que fallecieron en el operativo.
A continuación las imágenes del gigante cráter y del pequeño:
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